OLINDA
SILVANO
Cuando se canta el Kené
En Olinda Silvano se conjugan varias fuerzas en las que se presentan una serie interminable de poderes que la hacen protagonista de este momento de la historia. Una historia que tiene que ver con su infancia en Pahoyán, su comunidad a orillas del rio Ucayali donde nació y creció aprendiendo los saberes que la formaron en la cultura Shipibo – Konibo. Como fundadora y lideresa de la Comunidad Urbana Shipibo- Konibo de Cantagallo en Lima, como hija, hermana, madre, compañera, artesana, sabia y lideresa. Todas formas poderosas de Olinda que se presentan y transmiten en todos sus actos.
El principal de ellos es el acto creativo en el que se abstrae trayendo desde lo más profundo de sí, los recuerdos de las enseñanzas transmitidas por las plantas “Rao” o de poder con las que aprendió a tener visiones de los “Kené o Diseño”. Es cuando ella hace Kené o borda Kewé que encuentra el camino correcto hacia los recuerdos de un bosque amazónico como escenario de un mundo que la contiene y contiene además todo lo que ella conoce.
Se trata no solo del Piri- Piri o del Ayahuasca; sino de cómo se da una forma de ver y percibir el mundo. Los diseños que nos presenta Olinda son una creación espontánea pero no desordenada, al contrario, forman parte de un conocimiento que se sistematiza en los diseños, cargando en ellos significados, simbolismos, memoria de momentos vividos, conocimientos medicinales y mágicos. Todos estos elementos se cargan sobre los “Kené o Diseño” a través de la música o “Icaro” que es uno de los elementos formativos de su infancia.
Es así como Olinda en una entrevista manifiesta: “Los Kené también se cantan”. Y con esa simple frase abre una serie de aristas y preguntas que nos llevan a entender que los diseños y dibujos plasmados en sus objetos, están conferidos de una serie de poderes mágicos y medicinales que se dan a través del canto. En la memoria de las mujeres tejedoras de sus primeras sesiones de Ayahuasca y Piri-piri, recuerdan cómo el eco del “ícaro” que el chamán cantaba, lograba organizar sus sentidos, para percibir los diseños, entenderlos y luego materializarlos. Pero el recuerdo de estas vivencias formativas se da a través del canto que, en las bordadoras y pintoras como Olinda Silvano, encuentran una interpretación propia y se convierte en la compañía de largas horas de trabajo en lo que refiere el proceso creativo.
El bordado y pintado de Kené, esta acompañado de melodías que se materializan como memoria sobre sus textiles. Y ellas con su canto le confieren poder curativos a los Kené o diseño. El objeto es solo un contenedor del universo en el que todo se conjuga para darle vida a este discurso mágico.
Olinda Silvano nos comenta que una de las estrategias de su lucha para ser reconocidas y aceptadas en la ciudad fue el “Shipibizar la ciudad de Lima”, y eso lo han hecho a través de cubrir la ciudad de “Kené o diseño”. Y así ha sido desde hace 20 años, donde la “Shipibización” a pasado de la ciudad de Lima y el Perú a otros paises de la región como Brasil, Argentina, México. En lugares tan apartados como Madrid o Moscú entre otros. Este éxito ha sido gracias al trabajo de gestión, difusión y empoderamiento de las portadoras y mujeres de la comunidad, guiadas siempre por el consejo y visión de Olinda Silvano.
Además, en la necesidad de cubrir las superficies de “Kené o Diseño”, han tenido que afrontar formatos y nuevas superficies no trabajadas. Esta adaptación y necesidad de transpolar a nuevas superficies ha traído consigo la necesidad de diseñar un boceto. En la practica tradicional del “Kené o Diseño”, no existe el boceto, se da espontáneamente y es de una limpieza de ejecución única. La muralización, el trabajo con artistas formados académica y empíricamente, han sido algunos de los elementos que han dado pie al ingreso de los diseños y bocetos con planificación del trabajo creativo. ¿Qué pasará en el futuro? Esta pregunta nos lleva a tener dos escenarios. El primero que se transforme o pierda la espontaneidad del dibujo en las nuevas generaciones formadas y crecidas en la comunidad de Cantagallo en Lima, donde la “copia” sería el problema, además que no se da la formación de las niñas con plantas de poder frente a la práctica tradicional en las comunidades de origen. El segundo posible desenlace es que se haga un doble trabajo por parte de las pintoras y bordadoras que confieran al boceto los poderes mágicos y curativos que le kené posee y luego al mural o formato final, donde se realice una traslación de estos poderes a través del canto. Lo que sería fructífero por que se tendría una memoria del canto como elemento importante del proceso creativo y se haría por parte doble, al diseñar el boceto y la realizar la obra final. Pero nuevamente estamos sujetos a que se haga la trasmisión del conocimiento dentro de las tradiciones con las plantas de poder “Rao” o Ayahuasca y Piri- Piri.
Estos bocetos son la prueba de que el arte Shipibo-Konibo está tomando espacios dentro del mundo cultural y artístico. Asumiendo retos y adaptándose a su nueva realidad. Pero también nos hablan de como cambia la cultura, de este proceso vivo que representa y donde Olinda Silvano está dejando huellas profundas para su comunidad, las mujeres shipibo – Konibo y una generación de peruanos que disfrutamos de apreciar sus “Kené o Diseño”, complementado ahora con su nueva producción musical “Los Cantos del Kené”, que esta en Spotify y es de acceso libre.
Olinda Silvano, Sadith Silvano, Dora Imuna, Silvia Ricopa, Wilma Maynas e Idania Vallés, dirigidas por Jorge Obando han creado este disco con el fin de mostrar la importancia de estos cantos relacionados al “Kené o Diseño”, para disfrutar de este viaje iconográfico y musical, donde el poder curativo esta presente. Los invitamos a escucharlo y sanar un poco o para simplemente llenarse de energía.
Gizeh Arnaud Castañeda
Palma de Mallorca
24 de julio del 2020
Olinda Silvano Inuma (1969)
Nació en Pahoyan, comunidad nativa Shipiba, ubicada en el departamento de Ucayalí. Ella nos cuenta que cuando era chica su abuelo le puso una corona invisible que le permitía tener visiones, las cuáles dibujaba y pintaba, así fue creciendo su amor por el arte y los símbolos shipibos- konibos, como el Kené, arte geométrico sagrado, considerado patrimonio cultural del Perú.
Emigró y llegó a Cantagallo a establecerse y convivir con otros miembros de su comunidad, donde afianzo sus raíces shipibas y se volcó a la difusión de las artes y tradiciones de su pueblo. Ella es maestra textil, realiza bordados, pinturas y murales.
Ha expuesto en la Galería Pancho Fierro, el Centro Culturales de Bellas Artes, el Museo Metropolitano, en el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, entre otros, también participó en la exposición peruana “Shipibo-konibo. Moda, identidad y cultura” en la Ciudad de México en el Museo de Antropología de Vancouver en Canadá, y ARCOMadrid 2019
Forma parte del colectivo “Trenzando Fuerzas” colectivo de mujeres artistas tradicionales y contemporáneas. También de la Asociación de Cantagallo que realiza talleres periódicamente. Olinda tiene una visión muy clara de lo que desea: difundir las tradiciones y conocimientos de su comunidad.